Viaje en moto desde Cataluña a los Pirineos: una aventura rodeados de montañas y vestigios antiguos

Los habitantes de Cataluña se perciben como distintos del resto de España, y un viaje por esta región confirmará que debe ser tratada como un destino en sí mismo, que sorprende con un territorio rico en cultura, historia, gastronomía, vida nocturna y naturaleza salvaje. 

El Grand Tour de Cataluña en moto 

Lo que me animó a organizar el viaje fueron dos cosas: un buen amigo de mi infancia, Cosma, que vivió mucho tiempo en Barcelona antes de mudarse a Andorra, con quien hace años que planeo hacer un viaje en moto por España, y el descubrimiento del proyecto Grand Tour de Cataluña, impulsado por la oficina de turismo local para combinar el patrimonio histórico y cultural, los paisajes naturales y los placeres de la buena cocina en un único gran itinerario que serpentea desde Barcelona a lo largo de los contornos de la región. Más de 2.000 kilómetros para vivir y disfrutar de los múltiples colores catalanes, repartidos en rutas con numerosas propuestas (www.grandtour.catalunya.com). 

Cómo prepararse para un viaje en moto por España  

Incluiría este destino entre los «fáciles», por varias razones: no está demasiado lejos de Italia si quieres llegar en coche conduciendo, pero si vas en avión hay muchos alquileres de motos disponibles en la ciudad de Gaudí. Para que te hagas una idea, vamos a ver con Hertz: una BMW R1250 GS Adventure como la nuestra cuesta 150 euros al día con 300 km diarios incluidos, y el mismo precio para la 1300.  

Para esta ruta en moto por Cataluña, organizar el equipaje y la ropa también es fácil, porque, si bien es cierto que la ruta transcurre desde la espléndida costa hasta lo más profundo de los Pirineos, en general la zona disfruta de un clima mediterráneo, caracterizado por veranos calurosos y secos e inviernos suaves y lluviosos. Lo mejor es llevar un conjunto touring impermeable de al menos 2 capas, para poder usar el forro interior cuando bajan las temperaturas, al caer la noche o cuando se asciende a altitudes mayores. Personalmente, siempre prefiero llevar botas, también impermeables, a zapatillas de moto, sobre todo porque en la actualidad las botas son tan cómodas como las sneakers y, viceversa, hay un montón de calzado suave y que ahorra mucho espacio, que se puede guardar en el equipaje. 

¿Playa o montaña? Desde Barcelona hasta los Pirineos en moto 

Desde Barcelona no puedes fallar, mires donde mires. ¿La Costa Brava o el interior? La Costa Brava, que se extiende hacia el norte hasta la frontera con Francia y a la que no en vano también se la llama «costa salvaje», es probablemente la más bella de las tres principales costas turísticas de España. Preferimos dirigirnos hacia los Pirineos, en una dirección vagamente andorrana, por así decirlo, porque queríamos conocer personalmente el proyecto «Moturisme Ara Lleida», el único producto turístico diseñado y creado específicamente para motoristas e incluido en el proyecto Grand Tour de Cataluña. 

La montaña accidentada: el viaje en moto a Montserrat  

La carretera hasta Lleida se hace un poco larga al principio, son entre 160 y 200 km (dependiendo de los desvíos que hagas), que recomiendo recorrer al menos parcialmente pasando por el Parc Natural de la Muntanya de Montserrat. Nosotros llegamos desde Monistrol de Montserrat, la entrada al parque está anunciada por carteles bien visibles en la carretera, pero enseguida te darás cuenta de que estás en el lugar correcto mirando tu alrededor: verás el inconfundible macizo de brillantes agujas rocosas de color óxido, con escarpados picos y crestas colocados uno tras otro, como los dientes maltrechos de un gigante que se ha vuelto pacífico.  

Aunque San Jerónimo, el pico más alto, mide tan solo 1.236 metros, todo el complejo calcáreo parece mucho más imponente debido a las llanuras circundantes, desde las que se eleva con paredes casi verticales. Montserrat significa «montaña dentada» y es de hecho un conglomerado de diferentes rocas y calizas endurecidas y erosionadas por milenios de erosión, un pequeño paraíso para excursionistas y geólogos.  

Si desde Terrassa, en lugar de continuar hacia Monistrol, como hicimos nosotros, decides seguir en dirección a Rellinars, te encontrarás con unas deliciosas curvas con un asfalto perfecto, con Sant Jerome justo delante. 

La gloriosa Lleida 

Lleida, una ciudad relativamente pequeña, se ha visto marcada por varias guerras que casi siempre la han visto ponerse orgullosamente del lado de los vencidos. En los siglos XIV y XV, esta árida ciudad del interior fue un centro de actividades económicas impulsadas por las comunidades judía y musulmana. El arte y la cultura florecieron gracias a los monasterios circundantes y a la universidad fundada en el siglo XIV, mientras que las auténticas reliquias de la túnica sagrada y las espinas sagradas hicieron de la catedral una etapa importante del Camino de Santiago. 

Durante la Guerra de Sucesión Española, el casco antiguo quedó reducido a escombros. Los conquistadores construyeron una ciudadela para proteger sus nuevas tierras, pero fue saqueada por las tropas francesas en 1812. Finalmente, en 1937, en plena Guerra Civil, se produjo el bombardeo que destruyó su antiguo puente, dirigido por un escuadrón de SM 79 italianos.  

En la actualidad, la catedral-fortaleza que domina la ciudad, la Seu Vella, sigue evocando el antiguo esplendor de Lleida: llegamos a ella y resplandece a la luz del atardecer, y, para completar un escenario de lo más surrealista, hay un grupo de teatro que está ensayando para un espectáculo de capa y espada. La primera piedra de la catedral se colocó en 1203, pero lo que hoy tenemos ante nosotros es una obra maestra de contaminaciones y superposiciones, con audaces formas románicas, bóvedas góticas y tracerías ornamentales. El campanario de planta octogonal se encuentra en el extremo suroeste del claustro gótico del siglo XIV. Si te atreves a subir los 238 escalones que llevan hasta la cima, disfrutarás de una vista infinita (www.turoseuvella.cat; entrada 5 euros). 

Bailes y platos típicos. Las tradiciones del interior catalán 

Desde Lleida, unos cincuenta kilómetros, pasando por Gerb y Vilanova de la Sal por la LV-9046 (mucho más agradable que la más directa C-12) nos llevan a Os de Balaguer. A mitad de camino paramos en Balaguer, cerca del río Segre, para dar un paseo rodeados de su pasado islámico y la riqueza arquitectónica que supone su condición de capital del Condado de Urgell.  

Hay muchas cosas que visitar, podemos pensar en una parada larga, pero ya es agradable recorrer el antiguo barrio judío, el Portal del Gel, las estrechas y empinadas calles y paisajes del casco antiguo medieval y el centro histórico de formación árabe, para luego hacer una parada en la plaza del Mercadal para degustar la típica Coca de Recapte. Se trata de una masa muy fina y aplanada, llena de grasa, como debe ser, y condimentada principalmente con carne o sardinas acompañadas de verduras. Debe consumirse estrictamente a temperatura ambiente y es maravillosa en todas sus variantes, ¡incluida la de pimientos, cebolla, huevos duros y butifarra catalana! Nosotros la comimos en el Forn de Pa Inalba del Passeig, en la plaza principal, 6 euros por persona de puro deleite (www.inalba.cat). 

Mientras caminamos de regreso a las motos, vemos a lo lejos un círculo perfecto de personas agarradas de la mano y levantando los brazos, bailando con pasos pequeños y precisos, dando vueltas mientras otras se suman, haciendo el círculo cada vez más grande. Mi amigo me explica que están bailando la Sardana, un baile tradicional que es todo un símbolo del orgullo catalán. Cosma desestima mi mirada fascinada diciendo: «en Andalucía tienen el flamenco, nosotros a gente que camina en círculo cogida de la mano». La misma historia de siempre, cuando vives en un sitio que te parece aburrido y repetitivo, llegas allí desde fuera y enseguida lo cambias por el césped de tu jardín. 

Motorbike Graffiti: una inmersión en la antigüedad 

En Os de Balaguer conocemos a Laia Galind, apasionada del motociclismo y gerente de Moturisme Ara Lleida, quien nos explica mejor los detalles del proyecto. Desde 2015 se han creado en Cataluña 10 rutas en moto, de una duración aproximada de 2/300 km cada una, que recorren el territorio de Lleida aunando carreteras secundarias panorámicas con poco tráfico y carreteras principales. Lo interesante es el sistema de garantía que, a través de un sello de calidad, identifica actualmente 50 estructuras de alojamientos turísticos y 34 servicios complementarios de restauración, cafeterías y museos capaces de garantizar una acogida personalizada a los motociclistas. Deberán cumplir con una serie de requisitos, como disponer de aparcamiento cubierto y cerrado, un taller o herramientas de reparación, servicio de lavandería y espacios de almacenamiento (www.moturisme.com).  

Mientras charlamos de las mejores rutas para viajar en moto por España, nos dirigimos a pie hacia la Cova Els Vilars, una abertura caliza de unos doce metros de ancho y casi ocho de profundidad que domina el valle de Os de Balaguer, justo en la desembocadura del desfiladero de Els Vilars. Una pequeña joya prehistórica prácticamente desconocida, donde te encontrarás a pocos pasos de 29 pinturas rupestres que datan de la Edad del Bronce, con líneas sencillas que representan bailarines, animales y símbolos mágicos. Reconocidas como Patrimonio Mundial por la UNESCO, se distribuyen principalmente en dos sectores: la pared izquierda del abrigo de la cueva contiene la mayoría de los pictogramas y figuras fácilmente visibles, y, a la derecha de la entrada, hay menos representaciones pictóricas y son más difíciles de localizar. Estar solo, frente a imágenes de tanta antigüedad, inmerso en el canto de las cigarras, con la tenue luz filtrándose en la cueva, es una experiencia mística en cierto modo superior a la vivida en otros yacimientos prehistóricos más famosos y sustanciales, tanto en el Pirineo español como en el francés. 

Viajando con gente local: destinos perfectos para moteros en España 

Hay al menos dos puntos increíbles visitados en este viaje en moto entre Barcelona y los Pirineos por los que tengo que darle las gracias a Cosma: Ager y Durro. El primero es un pequeño pueblo de 300 habitantes, todo de piedra y ladrillo, con encantadores callejones inmersos en un silencio surrealista, donde tomamos la foto de arriba. Pero, sobre todo, allí cerca, siguiendo lo que a primera vista parece un camino, está Corçà, 32 habitantes y ese diamante engastado entre las rocas que es la Ermita de la Mare de Déu de la Pertusa. Un pequeño castillo construido sobre un espolón rocoso que domina la Noguera Ribagorçana, en la entrada sur del desfiladero de Mont-rebei. Ofrece una vista panorámica excepcional de la cuenca turquesa de Canelles y de las sierras del Montsec d'Ares y del Montsec d'Estall.  

Durro es también un típico pueblo de piedra oscura del Pirineo catalán, cerca de la frontera con Francia, y cruzándolo se llega a la Ermita de Sant Quirc de Durro, una ermita del siglo XII, encaramada a 1.500 metros de altitud en una posición dominante sobre el valle de Bohí. 

¿Port de la Bonaigua o un camino de tierra memorable? 

Port de la Bonaigua, con sus 2.072 metros, es el punto más alto de nuestro recorrido y un destino habitual de los ciclistas (ha sido incluido en la Vuelta en siete ocasiones), y nos brinda un exquisito camino tanto al subir como al bajar. Todavía estamos en la provincia de Lleida y el puerto marca el límite entre los municipios de Alt Àneu y Naut Aran. Llegamos hasta él circulando por el impecable asfalto de la C-28, en dirección a Esterri d'Áneu. Si te fijas bien en el mapa, verás un anillo en este punto, porque para unir Baqueira con Esterri d'Àneu hay dos posibilidades. La primera es el puerto, que yo definiría como imprescindible: ¿te gusta hacer que salgan chispas de los estribos? ¿O conducir plácidamente mientras disfrutas del paisaje? Aquí puedes hacer ambas cosas.  

La otra es seguir el curso del río Noguera Pallaresa hacia su nacimiento en Pla de Beret, adentrándote en la Val d'Aran y el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. El camino que nos llevará hasta este compendio de los principales ecosistemas que se pueden descubrir en la alta montaña catalana, con cumbres que superan los tres mil metros, es íntegramente de tierra y accesible en coche.  

Nosotros, obviamente, quisimos recorrer ambas alternativas, pero, teniendo que elegir, hay que tener en cuenta que la ruta panorámica por los bosques, vados y valles del Parque de Aigüestortes es sin duda la parte más memorable de este recorrido en moto por Cataluña, así que, si no te dan miedo los caminos sin asfaltar, no lo dudes. ¡A disfrutar! 

Consejos para un viaje en moto por los Pirineos  

Como en cualquier otra cordillera, una ruta en moto por los Pirineos requiere una preparación adecuada. Las altitudes que se alcanzan no son muy altas en términos absolutos, pero ya se sabe que en la montaña el clima puede cambiar repentinamente y hay que prepararse en consecuencia. En cuanto a la vestimenta, además del conjunto de montaña multicapa, conviene llevar consigo un kit impermeable, capaz de resistir al agua incluso en caso de lluvia persistente y una exposición prolongada.  

Es buena idea llevar dos pares de guantes en tu equipo, uno impermeable y otro más ligero. Una buena alternativa podrían ser unos cubreguantes impermeables, para usar por encima de unos guantes ligeros. Estos no ocupan espacio en tu equipaje y los puedes olvidar en el fondo de tu mochila, para sacarlos cuando los necesites.  

Entre los consejos que creemos que podemos darte para cruzar los Pirineos en moto, recordemos la importancia de preparar el casco. Se recomienda instalar el Pinlock, una pantalla parasol que se aplica internamente a la visera, capaz de limitar significativamente el riesgo de empañamiento, que se produce en caso de lluvia o bajas temperaturas.